El herpes labial, también conocido como calenturas, es una infección vírica frecuente que afecta a millones de personas en todo el mundo. Están causadas por el virus del herpes simple (VHS), concretamente por el VHS-1. El herpes labial suele aparecer en forma de pequeñas ampollas llenas de líquido en los labios o alrededor de ellos, aunque también puede aparecer en otras partes de la cara, como la barbilla o las mejillas. Las ampollas suelen durar alrededor de una semana y luego se les forma una costra antes de curarse por completo. Aunque la mayoría de los herpes labiales son inofensivos y desaparecen por sí solos, pueden resultar incómodos y antiestéticos. En algunos casos, también pueden ir acompañados de síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre o inflamación de los ganglios linfáticos.
La causa principal del herpes labial es el virus del herpes simple (VHS-1). Este virus es muy contagioso y puede propagarse fácilmente a través del contacto directo con una persona infectada o compartiendo objetos como utensilios, toallas o bálsamo labial. Una vez que el virus entra en el organismo, permanece latente en las células nerviosas hasta que se desencadena por determinados factores, como épocas de estrés, una enfermedad, cambios hormonales o un sistema inmunitario debilitado. Cuando se activa, el virus se desplaza a la superficie de la piel y provoca el característico brote de herpes labial. Es importante señalar que, incluso sin síntomas visibles, las personas infectadas por el VHS-1 pueden transmitir el virus a otras.
Los síntomas del herpes labial suelen comenzar con una sensación de hormigueo o quemazón en la zona donde acabarán apareciendo las ampollas. A continuación aparecen pequeñas ampollas llenas de líquido que suelen doler y picar. Las ampollas pueden reventar y supurar antes de formar una costra. Otros síntomas frecuentes son el enrojecimiento y la hinchazón de la zona afectada, así como molestias al comer o beber. En algunos casos, pueden aparecer síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolor de garganta o inflamación de los ganglios linfáticos. Es importante buscar atención médica si el herpes labial va acompañado de síntomas graves o si no mejora en dos semanas.
Aunque el herpes labial no tiene cura, existen varias opciones de tratamiento para aliviar los síntomas y favorecer la curación. Las cremas o pomadas antivirales de venta sin receta pueden ayudar a acortar la duración de un brote y reducir el dolor y las molestias. Estos productos suelen contener ingredientes como el aciclovir o el docosanol, que actúan inhibiendo la replicación del virus del herpes simple. Además de los tratamientos tópicos, pueden recetarse medicamentos antivirales orales para los brotes graves o frecuentes. Es importante iniciar el tratamiento al primer signo de herpes labial para obtener resultados óptimos. Los parches o vendas para el herpes labial también pueden proporcionar alivio al proteger la zona afectada de la irritación y evitar la propagación del virus.
Además de los tratamientos médicos, existen varias medidas de autocuidado que pueden ayudar a controlar el herpes labial y prevenir futuros brotes. Entre ellas se encuentran mantener la zona afectada limpia y seca, evitar desencadenantes como el estrés y la exposición excesiva al sol, y mantener un sistema inmunitario sano mediante ejercicio regular, sueño adecuado y una dieta equilibrada. También es importante evitar tocarse o hurgarse el herpes labial para prevenir nuevas infecciones o cicatrices. Si es necesario, un profesional sanitario puede recomendar medidas adicionales, como la prescripción de medicamentos antivirales o inmunosupresores para tratar los brotes graves o recurrentes.
En conclusión, el herpes labial es una infección vírica común causada por el VHS-1. Se caracterizan por la aparición de pequeñas ampollas llenas de líquido en los labios o alrededor de ellos. Aunque suelen ser inofensivas y desaparecen por sí solas en una o dos semanas, pueden resultar incómodas y antiestéticas. Las opciones de tratamiento incluyen cremas antivirales de venta libre, medicamentos orales y medidas de autocuidado para controlar los síntomas y promover la curación. Es importante buscar atención médica si los síntomas son graves o si el herpes labial no mejora en dos semanas.